Son épocas de incertidumbre, de procesos de transformación digital, en los que producto de innovaciones disruptivas aparecen o desaparecen negocios completos, o se transforman totalmente. Por ejemplo, tras la incursión de Uber en el segmento del servicio de taxis, las empresas que ofrecían el servicio de movilidad a través de estaciones o llamadas telefónicas, han quedado casi obsoletas. Del mismo modo, los supermercados, producto del desarrollo de las tiendas digitales, han comenzado a vender sus productos a través de e-commerce, cambiando su modelo de negocio.
Para Iris Reyna, experta en temas de cultura organizacional y desarrollo de habilidades gerenciales, son momentos en los que los CEO deben expresar nuevas habilidades, de cara a años sumamente cambiantes y turbulentos, en los que incluso la ética de los empresarios está en entredicho, producto de escándalos locales, regionales y globales, como los de Odebrecht o Volkswagen, empresas cuestionadas por malas prácticas corporativas.
Según Reyna, para comenzar, los empresarios deberán aprender a tomar decisiones con un 50% o 60% de certeza, lo que significa que serán decisiones con un 50% o 40% de riesgo.
Por lo tanto, se trata de desarrollar la habilidad de decidir con poca información. Eso significará saber lidiar con la incertidumbre, la inseguridad o la angustia. Respecto del conocimiento de nuevas tecnologías, Reyna considera que los CEO del 2018 en adelante no necesariamente deberán ser expertos en tecnologías, pero sí deberán ser gerentes capaces de comprender los alcances de los procesos de transformación digital e innovación disruptiva, para considerarlos dentro de sus planes de acción estratégica. Eso significará rodearse de profesionales y de equipos altamente sofisticados. Es decir, si bien pueden no comprender cómo funciona Facebook, deberán tener expertos en redes sociales que comprendan la necesidad de oír a sus consumidores.
Por lo tanto, saber confiar en otros será otra habilidad clave, a partir del trabajo en equipo. Eso significará, en medio de procesos de cambio generacional, saber lidiar con las nuevas generaciones de colaboradores, que serán principalmente millennials, cuyas necesidades no son las mismas que las de los trabajadores de la generación X o de los Baby Boomers, segmento en el que generalmente se encuentran los CEO. Esto significará tener la habilidad de ser abiertos a procesos de cambio cultural, redefinición del clima laboral y transformación en términos de confianza al interior de las organizaciones.
El reto para estos ejecutivos será saber adaptarse a un entorno de colaboradores distinto, con un margen de tolerancia menor al liderazgo pobre.
CRISIS, ÉTICA Y ESCÁNDALOS
Por otro lado, el CEO del futuro deberá ser más previsor para evitar situaciones complejas en términos de reputación, confirmando comités de crisis que se adelanten a los momentos adversos, evaluando permanentemente aquellas zonas sensibles del accionar de la organización. Se trata de tener la habilidad de adelantarse a los hechos y tener visión de largo plazo. Pero no solo en términos de fallas de la cultura sino también del negocio. Por ejemplo, ¿qué hacen los CEO peruanos de cara a la llegada inminente de los carros eléctricos? “Creen que eso pasará en el año 2030, pero este cambio se producirá de pronto en menos de dos años y no veo a ningún CEO preparándose para ese momento, que significará un cambio en varios aspectos”, señala la especialista.
Además recomienda que este nuevo CEO sea un ejecutivo más conectado con el mundo, a través de programas de postgrado en el exterior, para tener contacto con más experiencias internacionales, suscrito a revistas de management globales, para estar atento a las grandes tendencias y megatendencias de los negocios, así poder adelantarse a los cambios que tarde o temprano se expresarán en la economía peruana. Eso exigirá a decir de esta experta una habilidad para la comunicación y el poder de influencia, para convencer a sus directorios de estar preparados para los proceso de cambio de modelo o cambios a nivel de cultura.
“El CEO peruano es a veces muy autosuficiente, sobre todo los dueños de empresas, que creen que lo saben todo”, dice Reyna.
Finalmente, como la habilidad más importante para el próximo año, los CEO deben dejarse ayudar por otro; es decir, dejar de lado la soberbia y confiar más en sus equipos o en expertos de consultoras externas, para aquellos temas que no conoce o no está preparado. Eso pasará también por tener una capacidad de asumir compromisos, de ser coherente, confiable y cumplir lo que se promete en términos de resultados, tanto con los directorios como con el resto de stakeholders, que incluyen a los colaboradores y la sociedad.
Los CEO del futuro, que no se comprometan con el planeta, el medio ambiente o las personas, serán poco confiables, con bajo poder de influencia, por lo tanto no podrán generar ni liderar procesos de cambios.
Es hora de reflexionar y enumerar qué habilidades no tenemos, para comprometemos a desarrollar este 2018.
Fuente: Entrevista a Iris Reyna, autor EL COMERCIO
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