Si tienes más de 35 años – como yo, definitivamente has experimentado verdaderas transformaciones tecnológicas, que a su vez han generado hiper transformaciones en la forma en que vivimos y nos relacionamos.

¿Y qué has tenido que hacer para sobrevivir? Pues aprender, esforzarte, adaptarte y también aceptar que hay muchos temas que luego de algunos intentos fallidos, los mandaste al balde de “cosas por hacer algún día”.

También eres testigo de cómo tus hijos o sobrinos han crecido en otra cultura; en una nueva  realidad producto de la avalancha de cambios. En muchos temas se han convertido en seres desconocidos e inentendibles, seres que se rigen por otras reglas de juego.

Muchos han (hemos) experimentado esa extraña sensación de pedirle (rogarle) a tu hijo que te ayude a subir una foto en Instagram o a borrar ese mensaje equivocado. O quizás te ha pasado que te de lecciones de educación “digital” como, “no dejar en visto”, “no escribir párrafos largos”, “hablar en corto”, “evitar artículos”. Y lo que más les suele molestar “¡mamá, no pongas ‘me gusta’ en fotos antiguas! ¡Te voy a bloquear!”, y así sucesivamente.

El problema, o quizás debería decir, las resistencias, vienen cuando ese jovencito a quien no entiendes ni te entiende, no es tu hijo ni tu sobrino, sino un miembro de tu equipo, quizás dos o tres niveles más abajo en la organización.

Años atrás el paradigma era que los gerentes sabían más que sus subordinados. Pero hoy las cosas han cambiado. Hoy tienes que saber cuando salirte del camino y confiar que tu equipo tomará la mejor decisión.

Más difícil aún cuando sientes que toda tu experiencia gerencial no te ayuda a visualizar la magnitud de la transformación que generará la nueva estrategia digital que se está implementando, o cuando el nuevo sistema con inteligencia artificial te muestra otra versión de la realidad que te quita el piso de años de trabajo.

Y mientras tanto, el coach que te han asignado trata de hacerte ver que en la actualidad se trabaja en equipos diversos, donde a pesar de ser gerente, debes actuar como uno más del equipo; a pesar de tener 30 años de experiencia, tienes que estar preparado a que tu comentario no se tome en cuenta;…… cuando lejos de sentirte parte del equipo, sientes estar viviendo en carne propia la famosa frase “solo sé que nada sé”.

Es el momento en que has llegado a un punto de inflexión donde tienes que repensar tu rol de líder pues este ya cambió. Ahora tienes que delegar todo aquello que otros puedan hacer mejor que tú, confiar en tu equipo para dejarlos trabajar y dejar que tomen sus decisiones.

Ahora es cuando destacarás por tu capacidad de escuchar, retar y confiar en tu equipo; ayudarlos a que funcionen bien y logren sus metas,  poner la nota de sensatez cuando se aloquen, de moderación cuando se excedan, de apoyo moral cuando se equivoquen, de humor cuando caigan, de ética y valores cuando se pierdan en el camino, y de límites cuando sea necesario.

Convertirte en ese líder formador de talentos que transmite la gran estrategia para alinear todos los esfuerzos no es una capacidad atribuible al dominio tecnológico y digital sino mas bien a un desarrollo humano de la persona. Está en ti salir del mercado laboral o ser este líder senior que tanto se necesita.

Iris Reyna

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