Según un famoso estudio del profesor Albert Mehrabian (UCLA, 1967), la efectividad de las palabras en una comunicación representan un 7%, el tono de voz un 38% y el lenguaje corporal un aplastante 55%.
¿Cómo logramos cubrir ese 55% de lenguaje corporal al comunicar de manera virtual? Profesores, entrenadores, facilitadores o líderes de equipos virtuales tenemos un gran reto por delante: lograr enganchar, capturar, empatizar, mantener el interés y asegurar que nuestros alumnos aprendan aún cuando no estamos cara a cara.
Si consideramos que las personas aprendemos cuando nuestras neuronas están activas tratando de resolver un problema, construir una nueva solución o descubrir una trama, es clara la necesidad de preparar nuestras clases anticipadamente y asegurarnos que nuestra metodología genera los espacios necesarios para dicha actividad neuronal.
Con veinte años de experiencia realizando talleres presenciales cinco realizando cursos virtuales, podría mencionar cinco estrategias claves para lograr el máximo aprendizaje de los alumnos:
Romper el hielo
Al igual que en un taller o una clase presencial, es importante incluir unos minutos para que los participantes se presenten. De acuerdo a la cantidad de gente y el tiempo disponible, se pueden usar diversas técnicas.
Es factible enviar la lista de participantes con una nota sobre cada uno, hasta presentarse uno por uno al inicio de la sesión. Por ejemplo, se pueden realizar ejercicios para conocerse, encontrar cosas en común o hasta algún pequeño juego.
Siempre incluir “algo” que genere un ambiente de cercanía y confianza. Puede tratarse de preguntas simples como “tu hobbie o deporte”, “a qué te dedicas”, hasta ejercicios en grupos como “resolver un problema” o “hacer una competencia”.
Usar las herramientas interactivas de las plataformas
Las plataformas para clases virtuales suelen incluir una serie de herramientas de interacción como pizarras, post-its, encuestas; y herramientas de análisis como diagramas de flujo, espina de pescado, mapas mentales, solución de casos, etc.
Es clave aprender a usar las herramientas solventemente para hacer una clase dinámica, entretenida y de alto impacto en el aprendizaje. Al principio puede parecer complicado pero “la práctica hace al maestro”.
Realizar preguntas
Los alumnos / participantes estarán mucho más atentos cuando saben, que en cualquier momento, se les hará una pregunta directa o se les pedirá que respondan a una encuesta o test sobre lo tratado.
El hacer preguntas abiertas para que cualquiera conteste es un recurso que ayuda, sin embargo, suele suceder que siempre son las mismas personas las que responden. Para lograr mayor atención combinar estas preguntas con “Andrés, cuál es tu opinión sobre….”.
Combinar interacción con colaboración
Las preguntas, encuestas y test consiguen la atención individual de cada participante, mientras que formar grupos pequeños que trabajen por separado genera un espacio más privado y seguro donde desplegar la creatividad, construir colaborativamente y aprender unos de otros.
El mejor efecto se puede lograr con una combinación de técnicas. Por ejemplo, realizar un ejercicio que incluya una lluvia de ideas individual de manera que cada persona haga un “insight” y vuelque en post-its toda su creatividad. Luego, entre todos armar diagramas de afinidad para pasar al análisis de los diversos temas en grupos diversos. Finalmente, cada grupo expone sus conclusiones, aprendizajes y/o planes de acción.
Preparar a los participantes con anticipación
Los participantes deben saber de antemano los objetivos del curso, la currícula o agenda, la duración, quién será el facilitador / profesor, el número de participantes, etc.
Según sea necesario, también deberán responder alguna encuesta previa, enviar preguntas y expectativas, instalar el sistema a ser usado y aprender a usarlo, etc.
Esto no solo permitirá llevar la clase fluidamente, sino que motivará a las personas a ser parte activa de la sesión.
Iris Reyna
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gracias por tus recomendaciones, una favor, que herramientas interactivas recomiendas
Hola Michael, particularmente uso Zoom y lo combino con Miro. Me permite trabajar en grupos, realizar lluvia de ideas, análisis conjunto entre otros. Dales una mirada y me cuentas 🙂
Gracias por los tips, una consulta, que herramientas interactivas, recomiendas?
Hola, particularmente uso Zoom y lo combino con Miro. Me permite trabajar en grupos, realizar lluvia de ideas, análisis conjunto entre otros. Dales una mirada y me cuentas 🙂
Si para un orador puede difícil desempañarse bien frente a un auditorio desconocido, especialmente si no tiene experiencia, imagínense cuánto más lo será cuando sus oyentes no pueden ser vistos. La estadística brindada es acertada: nuestro lenguaje corporal puede confirmar lo dicho en palabras pero también puede no hacerlo. No es sólo cuestión de estética.
Por otro lado, la retroalimentación es una herramienta muy valiosa que nos informa cómo reaccionan esas personas ante el mensaje que les estoy transmitiendo o con respecto a mi forma de presentarme y gesticular; sin embargo, cuando no puedo valerme de ella, equivale a «disparar en la oscuridad». Estaríamos privados de esa forma de control que nos permitiría aplicar los correctivos o a cambiar de estrategia de comunicación.
Hola Jorge, creo que cambiar la estrategia de comunicación es indispensable. La interacción se puede dar con encuestas rápidas, preguntas para que respondan por chat, etc. Y si no son muchos participantes, con preguntas directas. Es un reto pero no imposible, en esas ando yo 🙂
Hola Iris, siempre tan atinada en tus consejos!
Un abrazo
Muchas gracias!
Buen articulo en estos tiempos en que la enseñanza presencial está suspendida.
Gracias Ivonne! espero que te sea de utilidad. Esto también ayuda para reuniones virtuales. Cariños 🙂
Gracias Iris, muy oportuna y útil tu nota.
Gracias a ti; espero te sea de utilidad 🙂
Muy interesante Iris.
Gracias Karin!