Una constante que he encontrado en las empresas en las que he tenido oportunidad de dar servicio de Diagnóstico de Clima Laboral, es la falta de comunicación entre las diferentes áreas.

Si bien cada área lograba sus resultados, no se observaba una interacción fluida con otras áreas, lo cual desencadenaba situaciones no tan felices como: demora en los procesos, dificultad para embarcarse en proyectos multidisciplicarios, microclimas laborales, etc.

Uno de los orígenes de la falta de comunicación es sin duda la escasez o ausencia de confianza.

“Un estudio de la prestigiosa consultora Watson Wyatt reveló que las empresas con alto nivel de confianza tienen retornos hasta tres veces mayores que las empresas donde los empleados muestran un bajo nivel de confianza”.

La cultura de la confianza motiva a los empleados a sentirse comprometidos con la empresa, ser más productivos, brindar un mejor servicio al cliente y dar ese extra que hace la diferencia. La cultura de la confianza está asociada a un alto clima laboral y a mayores retornos para la empresa.

En organizaciones donde impera una cultura de confianza se observan conductas de cooperación, compromiso y comunicación abierta y sincera. Asimismo, predominan las conductas adaptativas donde los desacuerdos se discuten constructivamente, se aprende de los errores y las personas asumen sus responsabilidades con motivación, energía y sin miedos.

Algunas de las señales que se pueden observar en una cultura de la confianza son las siguientes:

  • Los líderes tienen alta inteligencia emocional y lo demuestran en situaciones estresantes y difíciles.
  • Los líderes son directos, transparentes y cumplen sus promesas.
  • Los colaboradores son escuchados y sus opiniones son tomadas en cuenta.
  • Se comunica transparentemente las razones por las cuales se toman las decisiones buscando que todos los colaboradores entiendan el porqué de las cosas.
  • Se comparte información clave para que los empleados sientan la visión de la empresa como suya.
  • Los errores son vistos como parte del crecimiento y aprendizaje, buscando las fallas en los procesos en lugar de los culpables.
  • Los desacuerdos son vistos como oportunidades para analizar las situaciones con mayor profundidad y aprender de ellos, y no como conflictos.
  • El conflicto es afrontado de manera asertiva, siendo directos pero respetuosos y empáticos, poniendo las cartas abiertas sobre la mesa pero sin ofender ni herir.
  • Los colaboradores se sienten empoderados para opinar, decir sus desacuerdos y retar constructivamente a la autoridad.
  • Existe un adecuado balance entre la medición de resultados, esfuerzo y comportamiento.
  • Los colaboradores sienten que son tratados con justicia, que la empresa hace lo posible por asegurarles su trabajo y que su individualidad importa.

¿Cómo fomentar la cultura de la confianza?

Confiando de manera inteligente. Esto significa confiar pero estar preparado para lo inesperado. Así como un carpintero sigue construyendo su casa a pesar de que algunos clavos fallen, uno debe seguir confiando aunque algunas personas nos fallen en el camino.

No se trata de confiar a ciegas como quien se tira a una piscina sin mirar primero si hay agua, o de delegar un trabajo riesgoso sin saber si la persona está capacitada para ello. Más bien, se trata de conocer las capacidades de cada persona, delegar de acuerdo a la capacidad y confiar en que dicha persona pondrá su mejor esfuerzo para lograr las metas.

No hay nada más motivador para una persona digna de confiar que confiar en ella. Por lo tanto, la mejor manera de conocer si una persona es digna de nuestra confianza es confiando en ella. De esta manera, no solo conoceremos más a las personas sino que fomentaremos la cultura de la confianza alrededor nuestro.

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